Nota del autor

El contenido de este blog es indecente, incluso blasfemo... si alguien teme ver herida su sensibilidad, su identidad sessuá o su afiliación política que prescinda, directamente, de su lectura.
Su objetivo es recopilar "totonterías" que circulan por la red, de más o menos actualidad, para arrancar sonrisas de buen rollito.

sábado, 23 de enero de 2010

Un poco de cultura

En el DRAE: GILIPOLLAS: 1.. adj. vulg. gilí, tonto, lelo. Ú. t. c. s.

En Madrid hay una calle llamada de Gil Imón, haciendo de travesaño entre el Paseo Imperial y la Ronda de Segovia, para más señas. Es una calle dedicada al que fue alcalde de la capital, D. Gil Imón, por los tiempos de doña Mariquita de mi corazón, cuando el duque de Osuna organizaba sus célebres bailes, a los que acudía la crema social, para poner en el escaparate familiar a lindas damitas de la buena sociedad, como oferta casadera, las cuales acudían ataviadas con su miriñaque de fino muaré.

A las damitas de entonces se les aplicaba el apelativo de "pollas", que en el DRAE llevan, como sexta acepción, figurada y familiarmente, el significado de jovencitas, algo que hoy se ignora, por mor del lenguaje, que en la actualidad se ha vuelto recio y tosco: la polla de entonces es la "tía" de ahora y las mentes malévolas sustituyen el significado antiguo por otro de morbosas connotaciones.

A lo que voy: el tal don Gil era un personaje de relieve (la prueba está en que tiene dedicada una calle) y su nombre aparecía frecuentemente en los ecos de sociedad de las revistas del corazón de la época. El hombre, después de atender a los acuciantes problemas que su cargo de alcalde comportaba, se sentía obligado a reponsabilizarse de sus deberes familiares, como buen padre.

Tenía dos hijas en edad de merecer, feotillas ellas, no muy sobradas de gracejo, y hasta un tantico tontuelas. Y se hacía acompañar por ellas a todos aquellos sitios a los que, invitado como primera autoridad municipal, tenía que acudir. Él, en su fuero interno, acudía no como primera autoridad municipal, sino como primera autoridad familiar.

Tras la imponencia de unos bigotes municipales, se ocultaba un corazón de padre.
- ¿Ha llegado ya D. Gil?
- Sí, ya ha llegado D. Gil y, como siempre, viene acompañado de sus pollas.

D. Gil departía animadamente con los próceres de la actualidad, y, mientras tanto, sus pollitas iban a ocupar algún asiento que descubrieran desocupado, a esperar a que algún pollo (en masculino, solía aderezarse con pera: "pollo-pera") se les acercase, cosa siempre poco probable.

Pocas veces había alguien que les dijera "hazte p'allá", como dicen en Carrizosa. La situación, una y otra vez repetida, dió lugar a la asociación mental de tontuelidad con D. Gil y sus pollas. Y cundió la especie por "el todo Madrid", que compuso una palabra especial, castiza, nacida en Madrid y, puesta en circulación con el marchamo del Oso y el Madroño, siendo después exportada al resto de España, y ganándose a pulso el derecho de entrar en la Real Academia Española.

En castellano, es usual la composición de palabras: verdinegro (verde y negro), pavitonto (pavo y tonto), coliflor (col y flor) (¡Miá que ya hace años que D. Máximo nos enseñaba en la escuela a descomponer estas palabras!).

Antes podía decirse: bambarria, menguado, zampatortas, chirrichote, rudo, zamacuco, papanatas, tolondro, ciruelo, zote, mamacallos, mameluco, majadero, zopenco, mastuerzo, borrico, tonto, necio, obtuso, imbécil, mentecato, idiota, torpe, lelo (Sinónimos del Diccionario Ideológico de Casares).

Pero ¿cómo describir esa circunstancia tan compleja de tontuelidad inconsciente? Decía padre Ramón que el que es tonto y lo sabe no es tonto del tó. Los imaginativos y bien humorados madrileños lo tuvieronfácil: para expresar la idea de tontuelo, tontaina, tontucio, tontuelidad integral, inconsciente -lo de con malicia o sin malicia es otra cuestión; con el tiempo, habrá de todo-.

¡Ya está! Gil (D.Gil)-y-pollas (las dos jovencitas hijas suyas) = gil-i-pollas. A lo largo de la historia, el vocablo ha sufrido avatares de toda índole, hasta que, por fin, la RAE , haciendo gala de su lema "limpia, fija y da esplendor", ha limpiado la palabra, la ha fijado, le ha dado esplendor y le ha dispensado digna acogida en su diccionario.

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